No cabe ninguna duda de que, en la actualidad, la energía solar es una de las más limpias y eficientes que se pueden utilizar tanto en el hogar como en lugares de trabajo para obtener electricidad de manera responsable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, además de proporcionar un importante ahorro económico mensual.
De hecho, este es el tipo de energía por el que se está apostando más hoy en día para reducir las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero con la intención de frenar el calentamiento global y minimizar los efectos del cambio climático.
Todo ello se da frente a la preocupación que genera la emergencia climática, que está generando inviernos mucho más suaves de lo habitual, y veranos especialmente calurosos y con temperaturas extremadamente elevadas, entre otros efectos notables.
Por este motivo, los gobiernos, tanto a nivel nacional como internacional, están apostando por promover la instalación de fuentes de energía renovables, como la solar, a través de ayudas, subvenciones y beneficios fiscales, reducción de impuestos, etc. Si quieres disfrutar de estas ventajas y quieres realizar una instalación de paneles solares en tu vivienda o en tu empres a continuación te vamos a mostrar los distintos tipos de paneles solares que existen y, por supuesto, las principales diferencias que hay entre ellos. Sigue leyendo para más información al respecto.
¿Qué tipos de paneles solares puedes encontrar en el mercado?
Los paneles solares permiten aprovechar un recurso natural, inagotable y gratuito, como la luz del sol, para transformar la energía contenida en sus rayos para transformarla en otro tipo de energía, como la térmica o la eléctrica. Aquí ya podemos establecer una diferencia, ya que no todos los tipos de paneles solares sirven para producir el mismo tipo de energía, a pesar de que ambos aprovechan la energía solar.
Paneles solares térmicos
De este modo, podemos hablar de los paneles solares térmicos se utilizan para producir agua caliente sanitaria (ACS) o, aunque se hace en menor medida, para obtener calefacción. Esta tecnología está pensada para prescindir de otras fuentes de energía no renovables, como el gas ciudad, o de la utilización de bombonas de butano. Dependiendo del clima o de las necesidades, existen tres tipos de paneles solares térmicos.
En primer lugar, tenemos los paneles solares térmicos de placa plana, que son los que más se suelen utilizar en los hogares, ya que son perfectos para climas templados y acumular temperaturas de en torno a los 70ºC. En segundo lugar, tenemos los de polipropileno, que son placas de bajo rendimiento y temperatura y, por lo tanto, son más económicos. Son perfectos para climatizar una piscina o un spa.
En tercer lugar, tenemos los de tubos de vacío, que se suelen instalar en zonas de clima frío que son capaces de proporcionar temperaturas altas en entornos industriales, pero también se pueden aplicar a entornos domésticos. Sin embargo, esta es la opción más cara que puedes encontrar. En resumen, los paneles solares térmicos no permiten obtener electricidad, sino obtener calefacción y agua caliente sanitaria (ACS)
Paneles solares fotovoltaicos
El caso de las placas solares fotovoltaicas es distinto, ya que están pensadas para ser utilizadas para el autoconsumo energético. Estas placas se componen de células de silicio que son capaces de reaccionar ante la luz solar generando electricidad. Por lo tanto, estos paneles pueden generar la energía eléctrica suficiente como para poder utilizarla para alimentar los electrodomésticos de nuestro hogar, pero también para alimentar las instalaciones de una empresa o de una nave dedicada a la producción industrial.
Entre los paneles solares, por supuesto, podemos diferenciar distintos tipos, como, por ejemplo, las placas solares monocristalinas. Estas están fabricadas con silicio de alta pureza y, por lo tanto, proporcionan a los usuarios la eficiencia energética más alta del mercado con gran potencia y una larga vida útil teniendo en cuenta que su tamaño es reducido y apto para realizar instalaciones en viviendas.
Por su parte, las placas solares policristalinas se distinguen por ser de color azul y por estar fabricadas con silicio en bruto. Su eficiencia suele ser menor que las monocristalinas, pero su precio también es más bajo, lo cual puede ser una ventaja teniendo en cuenta que su potencia es muy similar. Sin embargo, son más grandes y pueden sufrir daños cuando se exponen a temperaturas demasiado elevadas.
Por último, tenemos las placas solares amorfas o de capa fina, que están elaboradas con materiales tales como el silicio amorfo, el telurio, el cadmio o el galio. Todos ellos tienen propiedades fotovoltaicas suficientes como para crear paneles solares flexibles y ligeros. Suelen ser bastante más económicas que las dos anteriores, pero su eficiencia es notablemente menor, al igual que su vida útil.
Además, son las más grandes y requieren de más espacio para poder efectuar su instalación. Si quieres realizar una instalación en tu vivienda o empresa, puedes adquirir todo lo que necesitas a través de la categoría de Kits Solares de Cuenca Solar: https://cuencasolar.es/categoria/kits-solares/
Paneles solares híbridos
Entre los distintos tipos de paneles solares y sus diferencias, no podemos dejar de nombrar las placas solares híbridas, que se caracterizan por combinar las funciones de los paneles fotovoltaicos y los térmicos. De esta manera, aprovechan la misma superficie para producir energía térmica, agua caliente sanitaria (ACS) y electricidad al mismo tiempo.
Se suelen tratar de paneles que ofrecen la ventaja de ser energéticamente mucho más eficientes que los dos anteriores. Además, al disponer de dos fuentes de energía limpia y renovable al mismo tiempo, son sistemas mucho menos propensos a fallar en caso de mal tiempo o en caso de periodos nubosos en los que haya poca luz solar.
Asimismo, permiten una mayor autonomía respecto a las grandes compañías eléctricas, por lo que, gracias a su uso, además de ahorrar energía mes a mes, estarás contribuyendo a la reducción de las emisiones de CO2 por parte de estas grandes empresas energéticas, ya que no estarás generando demanda.
En resumen, podemos decir que existen diferentes tipos de paneles solares, como los térmicos, los fotovoltaicos y los híbridos, cada uno con características y usos específicos. Los térmicos generan agua caliente o calefacción, mientras que los fotovoltaicos producen electricidad.
Por su parte, los híbridos son más eficientes y combinan ambas funciones. Todos estos paneles permiten aprovechar la energía solar de una manera sostenible y económica, ofreciendo una solución limpia y respetuosa con el medio ambiente, contribuyendo a reducir las emisiones de CO2 y promoviendo la independencia energética respecto a las grandes compañías eléctricas.