
Los seres humanos podemos querer cambiar de vivienda por distintas razones: porque hemos encontrado un trabajo lejos de nuestra residencia habitual, porque hemos empezado a vivir con nuestra pareja o vamos a tener hijos y el espacio se nos ha quedado pequeño o incluso porque, simplemente, queremos cambiar de aires.
Ahora bien, para mudarnos, podemos comprar una nueva vivienda, para lo que, en muchos casos, resulta completamente indispensable pedir una hipoteca. Una hipoteca, en términos sencillos, es un préstamo a largo plazo que sirve para adquirir un inmueble. Esta hipoteca se financia con dinero prestado por una entidad financiera y queda garantizado por el propio inmueble que estamos comprando.
Esto significa que, si no abonamos los pagos, el prestamista —normalmente, el banco— puede reclamar el bien para recuperar el dinero. En la actualidad existen distintos tipos de hipotecas, cada una con características pensadas para situaciones concretas. En este artículo vamos a centrarnos en una modalidad especialmente útil para aquellas personas que quieren mudarse sin tener que esperar a vender primero su vivienda actual: la hipoteca puente.
¿Qué es una hipoteca puente?
En términos generales, una hipoteca puente es un préstamo que te permite adquirir una vivienda nueva antes de haber efectuado la venta de la actual. Lo que hace es unificar en una única cuota la deuda del inmueble anterior y el importe correspondiente a la nueva vivienda. Se trata, en cierto modo, de un “puente” que conecta las dos propiedades y que ofrece flexibilidad en un proceso que, de otro modo, puede llegar a ser bastante complejo y estresante.
Pongamos un ejemplo sencillo: imagina que ya tienes una hipoteca en curso, pero encuentras una casa que se adapta mucho mejor a tus necesidades actuales. No quieres perder la oportunidad, pero tampoco puedes esperar hasta vender tu vivienda actual. Con una hipoteca puente, puedes adquirir la nueva propiedad y, al mismo tiempo, seguir pagando la deuda pendiente de la antigua. Cuando finalmente la vendas, podrás destinar ese dinero a cancelar la primera parte del préstamo y, de esta manera, tu situación financiera se simplificará.
¿Cómo es el funcionamiento de una hipoteca puente?
El funcionamiento de la hipoteca puente es relativamente fácil de entender. Básicamente, consiste en encontrar financiación para comprar una vivienda nueva sin haber vendido todavía la anterior. Para ello, el banco te concede un préstamo que cubre tanto el valor de la nueva propiedad como el saldo pendiente de la hipoteca que todavía tienes.
Durante un periodo determinado —que suele estar entre uno y dos años—, normalmente sólo pagas los intereses del préstamo. Esto puede aligerar la carga mensual, ya que el objetivo es darte margen de tiempo para vender tu vivienda anterior sin precipitarte y sacar el dinero que esperas. Una vez logras venderla, podrás utilizar ese dinero para amortizar la parte correspondiente de la hipoteca puente y, a partir de ahí, tu situación hipotecaria se normalizará, ya que únicamente tendrás que hacer frente al pago de la nueva vivienda.
Es un recurso financiero pensado para que el cambio de hogar sea más fluido y no se convierta en un obstáculo económico insalvable. Por eso, para profundizar más en este tipo de hipoteca y entender mejor cómo funciona, creemos que resulta útil recurrir a recursos especializados como este simulador de hipoteca puente al que puedes acceder a través de este enlace: brokersfinance.es. Te ayudará a despejar dudas técnicas que muchas veces acompañan a este tipo de operaciones.
¿Qué necesitas para que te aprueben una hipoteca puente?

Como en cualquier operación financiera, para obtener una hipoteca puente hay que cumplir con determinadas condiciones que suelen establecer las entidades financieras. Algunas pueden variar en función de la entidad o de la normativa local, pero, en general, hay varios elementos clave que suelen tener en cuenta:
El primero de ellos es la equidad hipotecaria que tengas en tu vivienda actual. Es decir, el banco necesita comprobar que la diferencia entre el valor de mercado de tu casa y la deuda que aún mantienes con la hipoteca es suficiente grande como para servir de apoyo. Por ejemplo, si tu casa está valorada en 220.000 euros y aún debes 130.000, la equidad hipotecaria sería de 90.000, y esa cifra es la que refleja la parte de la propiedad que efectivamente es de du propiedad.
Otro factor que la entidad financiera analizará es la probabilidad de que logres vender tu vivienda anterior en un periodo de tiempo razonable. Aquí, podemos anotar que pueden influir algunas cuestiones como la situación del mercado inmobiliario, la ubicación del inmueble o incluso el precio al que lo vayas a poner a la venta.
Por último, deberás demostrar que eres capaz de afrontar las cuotas tanto de la hipoteca puente como de la hipoteca actual durante el tiempo en que mantengas las dos propiedades. Esto implica aportar documentos que acrediten que eres lo suficientemente solvente, como comprobantes de ingresos, extractos bancarios o certificados de otras deudas pendientes.
En resumen, podemos decir que, para que un prestamista te apruebe una hipoteca puente no basta únicamente con realizar la solicitud, sino que necesitas contar con la suficiente solvencia financiera y demostrar que el préstamo no supone ningún riesgo para la entidad financiera que estudie tu caso.
Ventajas y desventajas de las hipotecas puente
La hipoteca puente presenta una serie de ventajas evidentes que la convierten en una herramienta muy atractiva. Una de las principales es la flexibilidad, ya que puedes adquirir una nueva vivienda sin tener que esperar a vender la actual, lo que te permite asegurar la compra de esa casa que tanto encaja contigo sin correr el riesgo de perderla.
También simplifica los trámites, ya que no tienes que coordinar dos procesos complicados como son la venta de un inmueble y la compra de otro al mismo tiempo. Gracias a este tipo de préstamo, ambas operaciones pasan a gestionarse de forma conjunta, lo que reduce el estrés que suele acompañar a estos momentos. Otra ventaja es la oportunidad de aprovechar las mejores ofertas. Imagina que aparece en el mercado una vivienda a un precio muy competitivo: gracias a la hipoteca puente puedes dar el paso sin necesidad de esperar a la venta de tu antigua casa.
Sin embargo, como cualquier producto financiero, también tiene sus desventajas. La principal es que, al menos durante un tiempo, tendrás que convivir con la carga de dos hipotecas, lo que puede resultar agobiante para muchas familias. Además, existe el riesgo de que no consigas vender tu vivienda anterior en el plazo previsto, lo que alargaría ese periodo de doble compromiso financiero y, en consecuencia, aumentaría el estrés económico.
Otro aspecto a tener en cuenta es que, mientras no vendas tu antigua casa, los pagos que realices corresponden a intereses. Eso significa que, aunque realices una transición mucho más suave, todavía no estarás amortizando la deuda principal de tu nueva vivienda, porque lo primero que pagarás serán los intereses, al menos hasta que vendas tu antigua vivienda.
Contar con asesoramiento especializado es fundamental
La hipoteca puente es una solución pensada para aquellas personas que desean cambiar de hogar sin depender del tiempo que los lleve vender su vivienda actual. Aporta flexibilidad, tranquilidad y la posibilidad de aprovechar grandes oportunidades, pero requiere responsabilidad y una planificación financiera adecuada para evitar sorpresas desagradables.
En este punto, contar con un asesor especializado marca la diferencia. Empresas como Brokers Finance, que cuenta con más de 15 años de experiencia en el sector, acompañan a sus clientes con valores claros: honestidad, transparencia, honradez y claridad. Gracias a su asesoramiento, puedes tomar mejores decisiones, evitando riesgos innecesarios en cada paso del proceso.






