Diferencia entre higos y brevas: ¿Cuándo salen y cómo distinguirlos?

La higuera es un árbol característico de la región mediterránea, cuyo fruto acompaña al ser humano desde hace siglos. Entre sus producciones más reconocidas se encuentran los higos y las brevas, que aunque surgen de la misma especie, poseen rasgos distintos. Comprender sus diferencias en apariencia, maduración y cocina permite apreciar con mayor profundidad su valor cultural y alimenticio.

¿Cuándo salen cada una de las variedades?

Las brevas y los higos se distinguen sobre todo por la época en que llegan al consumo. Las brevas aparecen hacia finales de junio, coincidiendo con las fiestas de San Juan, lo que las vincula al inicio del verano. Se consideran frutos de transición, ya que marcan el paso entre la primavera y la estación más calurosa del año.

Los higos, en cambio, maduran más tarde, hacia finales del verano y durante los primeros días del otoño. Representan la abundancia propia de esos meses, pues coinciden con la cosecha de uvas y otras frutas mediterráneas que enriquecen la despensa de la temporada, aportando una gran variedad de sabores y nutrientes.

La diferencia en el calendario de recolección de estas dos frutas dio origen a la conocida expresión “de higos a brevas”. Esta frase hace referencia a un periodo de tiempo prolongado, ya que entre la aparición de las primeras brevas y la llegada de los higos suele transcurrir un lapso considerable, lo que convirtió a esta comparación en una forma popular de hablar de esperas largas.

¿Cómo es la higuera bífera?

La diferencia entre higos y brevas tiene que ver con el tipo de higuera. Algunas variedades solo generan una recolección anual, mientras que otras, conocidas como bíferas, permiten obtener dos. La primera producción surge a principios del verano y corresponde a las brevas, que provienen de los brotes que quedaron en las ramas de la temporada anterior. Su maduración se da entre finales de la primavera y mediados de julio, momento en que alcanzan su mejor punto para el consumo.

La segunda producción aparece más avanzada la estación estival, entre agosto y septiembre, y es la que da origen a los higos. Este comportamiento de la higuera bífera le otorga un valor especial, ya que brinda la oportunidad de disfrutar de dos cosechas bien diferenciadas a lo largo del año. De esta manera, quienes cultivan o consumen este fruto tienen acceso a sabores distintos en dos periodos concretos, lo que aumenta su atractivo tanto en el campo como en la mesa.

Higos, brevas y gastronomía

La cultura popular ha otorgado a higos y brevas un lugar especial. En muchos pueblos mediterráneos, las brevas se consumen frescas en celebraciones festivas, mientras que los higos se aprovechan para elaborar mermeladas, panes dulces y licores. En Colombia, por ejemplo, la breva confitada con queso hace parte de la tradición culinaria de la capital. En España, en cambio, el higo seco es protagonista de dulces y recetas tradicionales que sobreviven generación tras generación.

Dentro de este contexto gastronómico, la combinación de higos con lácteos ha logrado un prestigio particular. Una referencia interesante se puede encontrar aquí: https://paiarrop.es/higos-secos-y-queso-una-amistad-para-toda-la-vida, donde se explica cómo esta unión de sabores se ha convertido en un clásico que nunca pasa de moda. Como podemos ver, los higos combinan muy bien con una amplia variedad de quesos como el fresco, curado o azul entre otros muchos.

¿Cuáles son sus principales usos?

El consumo de brevas y higos ha evolucionado con el tiempo y hoy en día forman parte de distintas preparaciones gastronómicas. Las brevas suelen disfrutarse frescas, aunque también son comunes en mermeladas o dulces artesanales. En la repostería de estación ocupan un lugar especial, ya que aportan frescura y colorido a los postres. En algunos lugares se preparan con rellenos de frutos secos o se sirven bañadas en jarabes azucarados, lo que les da un aire más festivo y delicado.

Los higos ofrecen una gama de posibilidades aún más amplia. Su sabor naturalmente azucarado resulta perfecto para la creación de confituras, panes caseros y pasteles. Cuando se deshidratan, concentran nutrientes y se convierten en un alimento energético de gran duración, lo que los hace muy apreciados en la despensa. En la cocina moderna han cobrado protagonismo, pues combinan de manera sorprendente con carnes jugosas, quesos intensos o ensaladas frescas de estilo creativo.

Tanto las brevas como los higos muestran la riqueza de la tradición culinaria, que los ha incorporado tanto en recetas sencillas como en propuestas más sofisticadas. Gracias a su sabor único y a su versatilidad, se mantienen como frutas muy valoradas en diferentes culturas y momentos del año.

Principales diferencias entre los higos y las brevas

Las brevas y los higos, aunque provienen de la misma planta, presentan rasgos muy distintos. Las brevas destacan por ser más voluminosas y alargadas, con una apariencia parecida a una pera pequeña. Su cáscara es gruesa y algo áspera, mientras que su interior resulta carnoso y con un dulzor más suave. En ellas se encuentran menos semillas, lo que genera una consistencia más firme al morderlas.

En cambio, los higos son más pequeños y redondeados, con una piel delgada y tersa que varía en colores que van del verde al violeta. Su interior es muy jugoso y azucarado, con abundantes semillas que aportan un contraste crujiente, lo que los hace ideales para desecar y transformar en otros productos.

¿Cuáles son las propiedades nutricionales?

Higos y brevas poseen propiedades saludables que los hacen interesantes en la alimentación diaria. Son ricos en fibra, contienen minerales esenciales como calcio y potasio, y presentan compuestos antioxidantes que ayudan al organismo.

Los higos destacan por su contenido de azúcares, lo que los convierte en una fuente rápida de energía. Su versión seca es muy calórica y ha sido tradicionalmente empleada por pastores y viajeros como alimento práctico y nutritivo.

Las brevas tienen menos azúcar, lo que las hace ideales para quienes desean un toque dulce sin excederse en calorías. Consumir cualquiera de los dos frutos aporta beneficios para mantener una dieta variada y equilibrada, incorporando nutrientes importantes de manera natural.