Las subastas de joyas brindan una oportunidad única de adquirir piezas de gran lujo y rareza, frecuentemente fuera del alcance de las tiendas tradicionales. Estos eventos atraen a entusiastas y coleccionistas, creando un ambiente dinámico lleno de expectación. A menudo, se pueden encontrar joyas extraordinarias, algunas con un diseño artístico sobresaliente que no están disponibles en el mercado común. Participar en una subasta, sobre todo si se trata de una de alto nivel, puede parecer desafiante si no se conoce el proceso.
Tipos de subastas
Gracias a la colaboración de los expertos en créditos rápidos por empeño de joyas de https://www.credimonte.es/ hemos podido realizar el siguiente listado con los diferentes tipos de subastas. Como vamos a mostrarte, hay diferentes opciones las cuales debes conocer para optar por la que mejor encaja con tus intereses.
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Subasta al alza
Como nos comentan desde CrediMonte, este tipo de subasta es la más común y en consecuencia conocida. También conocida como ascendente o inglesa se presenta como una gran opción a la hora de subastar joyas o tras obras de arte. Pero también se usa mucho en otras subastas, como las públicas. Eso demuestra que realmente es una buena opción a la hora de subastar.
El sistema de la subasta es muy sencillo. Se comienza subastando la joya o el artículo que se va a subastar con un precio inicial. Tras conocerlo, los asistentes a la subasta comienzan a pujar subiendo el valor del artículo que se está subastando. Dependiendo del tipo de subasta, la subida de precios podrá ir a más o menor ritmo.
La persona que más pague por el artículo que está siendo subastado será la persona que finalmente se quede el producto por el cual se ha pujado.
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Subasta a la baja
Es otro tipo de subasta. Es verdad que normalmente solemos relacionarlo menos con la subasta, pero es otro tipo de subasta que hay que conocer. Por ejemplo, a la hora de subastar joyas no es tan común, pero si a la hora de subastar otros productos como el pescado. Si te imaginas una lonja podrás ver el sistema que tiene la subasta.
También conocida como subasta holandesa, es un tipo de subasta que funciona al contrario que la anterior. En este caso se comienza con un precio inicial alto y el precio va bajando hasta que una de las personas para el precio. Ese es el precio por lo cual se adquiere el artículo subastado.
Normalmente los precios bajan rápidamente para que la subasta dure poco tiempo. A su vez, se pueden conseguir los artículos a precios muy competitivos, pero si se espera demasiado se corre el riesgo de que otra persona pare el precio antes y se quede con el producto. En cierta manera es una opción perfecta para los más rápidos y los que tienen claro que precio van a pagar por el producto subastado.
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Subasta a sobre cerrado de primer precio
Las subastas a sobre cerrado se caracterizan por un proceso en el que los competidores envían su oferta en un sobre sellado, sin conocer las pujas de los demás participantes. En este tipo de subasta, se requiere una única propuesta por parte de cada persona, la cual será entregada al intermediario o al vendedor.
En este sistema, todos los pujos se realizan al mismo tiempo y bajo completo anonimato en cuanto al valor de las ofertas ajenas. Quien presente la oferta más alta será quien logre adquirir el objeto en cuestión, pero tendrá que abonar la suma que ha propuesto, sin importar si esa cantidad es superior al valor de mercado.
Este tipo de subasta es frecuente en licitaciones gubernamentales, especialmente en la venta de bienes inmuebles propiedad del Estado. Los participantes deben equilibrar sus ofertas entre la posibilidad de ganar y el riesgo de reducir su rentabilidad.
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Subasta a sobre cerrado de segundo precio
Las subastas de segundo precio se asemejan en gran medida a otros tipos de subastas, pero con una particularidad clave en el mecanismo de adjudicación.
En este tipo de puja, los concursantes colocan sus ofertas en sobres cerrados, y quien presenta la mayor puja se hace con el artículo. Sin embargo, la cantidad que pagará no corresponde a su propia oferta, sino a la segunda cifra más alta presentada.
En algunos casos, se puede agregar un incremento previamente determinado a esa cantidad. Esta modalidad facilita la posibilidad de ganar al superar únicamente la segunda puja más alta, como sucede en otros modelos de subasta.
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Otras subastas
Existen varios tipos de subastas, siendo los más comunes los cuatro modelos básicos. Sin embargo, hay modalidades más complejas que combinan o alteran esos patrones. Un claro ejemplo son las subastas en las que tanto compradores como vendedores interactúan simultáneamente o aquellas donde se ofertan múltiples artículos, con características homogéneas o no.
También están las subastas dobles, en las que compradores y vendedores realizan ofertas, o aquellas en las que solo los vendedores pujan para adjudicarse la venta. Por otro lado, las subastas mixtas combinan métodos holandeses y británicos, mientras que en las de sobre cerrado se determina el precio final como promedio entre las pujas más altas y la segunda.
Cómo pujar en una subasta
Pujar en una subasta es un proceso que exige estrategia, concentración y, sobre todo, conocimiento del tipo de subasta en la que se participa. El primer paso es comprender las reglas de la subasta. Cada modalidad tiene sus especificidades, como las subastas a la inglesa, en las que las pujas aumentan de forma ascendente, o las holandesas, donde el precio disminuye hasta que alguien decide aceptar la oferta. Informarse sobre los métodos y plazos es fundamental para evitar errores.
Antes de hacer una oferta, es vital establecer un presupuesto claro. En ocasiones, la emoción del momento puede llevar a pujar más allá de lo planeado, por lo que mantener los límites es esencial. Para gestionar correctamente el proceso, observa las pujas anteriores y el comportamiento de otros participantes; esto puede darte pistas sobre cuándo intervenir. Si estás participando en una subasta en línea, asegura una conexión estable y estate preparado para realizar tu oferta en el momento exacto.
Una vez que decidas pujar, aumenta tu oferta de manera coherente. Si se trata de una subasta pública, recuerda que las pujas suelen hacerse en voz alta o levantando una mano, mientras que, en las digitales, una simple acción en la interfaz será suficiente. Si superas la oferta de otro participante, ese será el nuevo valor a batir. Si eres el último en pujar, habrás ganado la subasta, pero si no es así, podrás seguir pujando hasta alcanzar tu límite preestablecido.