Tipos de tés

Quizá te sorprenda, pero el té está considerado como la segunda bebida más ingerida en el mundo, tan sólo superada por el agua. Entre la década de 1990 y el año 2007, las ventas de té aumentaron un 375%, quizá debido a su espectacular sabor en todas sus variantes o quizá porque tiene un sinfín de propiedades beneficiosas para el ser humano.

Pese a que el té para un gran número de personas está ligado a los británicos, lo cierto es que no son ellos los únicos consumidores de esta bebida. El té es una bebida que se ha consumido durante miles de años, especialmente en todas las zonas de Extremo Oriente, donde siempre ha estado considerado como un producto de gran valor.

Tipos de tés

Té verde

Si lo ponemos el primero es porque es uno de los tés más conocidos y también de los más investigados. Está elaborado con hojas no fermentadas que se dejan secar cuando son cosechadas y se someten a un riguroso tratamiento de calor. Tiene características importantes como que es bajo en teína y rico en minerales y antioxidantes, lo cual explica que pueda reducir los niveles de estrés.

Algunos estudios afirman que colabora a reducir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer, el Parkinson o el Alzheimer. Además, estimula el metabolismo y puede ayudar a adelgazar y es un hepatoprotector natural.

Té verde Matcha

El té verde Matcha está compuesto de las hojas más jóvenes del té, que son molidas por completo y añadidas al agua. Es un tipo de té con niveles altos de clorofila y de cafeína, más incluso que el té negro.

Es especialmente rico en flavonoides antioxidantes, conteniendo hasta 137 veces más de estos componentes que el té verde normal. Esto hace que pueda ralentizar los niveles de daño renal y hepático en pacientes con diabetes, como algunos estudios de laboratorio testados en animales han podido probar.

Té rojo

El té rojo es mundialmente conocido por ser uno de los tipos de tés con menos contraindicaciones conocidas. Requiere de un largo periodo de fermentación en bodegas, ya que es un tipo de té que necesita ser postfermentado. De esta manera, tiene un sabor y aroma muy peculiares, además de un color rojo característica.

Es utilizado para dietas depurativas y por aquellas personas que buscan perder peso. Además, también colabora a la reducción del colesterol. No obstante, está desaconsejado para personas que tienen problemas de ansiedad o de insomnio.

Té blanco

Este tipo de té está compuesto por hojas y brotes de té apenas procesados que se preparan en infusión. Contiene una menor cantidad de cafeína que el té negro y ofrece numerosas propiedades de carácter medicinal. Algunos estudios afirman que es bueno para cuidar del cabello, pero también del hígado y la piel. Además, reduce el riesgo de padecer tanto enfermedades cardiovasculares como cáncer.

Té negro

Es uno de los tipos de tés con mayores niveles de oxidación, por eso posee un aroma tan intenso y contiene más teína que otros tipos de té. Este tipo de té es de los más populares en todas sus variedades y gracias a su método de producción no pierde su sabor durante un largo periodo de tiempo.

Entre los beneficios de la ingesta de este tipo de té, podemos destacar que estimula el sistema inmunológico, que es un fuerte diurético y que mejora la circulación sanguínea, siendo especialmente conveniente para el corazón.

Té azul

Se realiza a través de un único proceso de semifermentado y tiene la peculiaridad de reunir características propias tanto del té negro como del té verde. Para elaborar este tipo de té, es necesario dejar que sus brotes se sequen al aire durante al menos una hora y, posteriormente, dejarlos secar dentro de un ambiente cerrado.

Este tipo de té, también conocido como oolong, es un fuerte antioxidante, colaborando a la pérdida de peso y a la reducción de los niveles de colesterol gracias a que ayuda a acelerar el metabolismo. Además, preserva el sistema cardiovascular y mejora el proceso de digestión.

Té amarillo

Es uno de los grandes desconocidos dentro de los distintos tipos de té que existen. Pero lo cierto es que también es uno de los mejores valorados por los paladares más entendidos del mundo de la teína. Quedaría establecido entre el té blanco y el té verde, por sus características similares para con estos dos. Apenas es fermentado durante su proceso de elaboración, lo que hace que contenga un aroma sutil y muy suave.