
La salud dental es crucial para el bienestar general, y a pesar de los avances en odontología, las enfermedades bucales continúan siendo una de las principales razones por las que las personas visitan al dentista. Trastornos como la caries o la periodontitis afectan tanto a niños como adultos, y muchas veces se pueden evitar con una correcta higiene y hábitos adecuados.
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Caries dental
Como nos informan los expertos de Calma Dental en Bétera, las caries se presentan como la enfermedad más común entre la gran mayoría de los pacientes. Se origina cuando las bacterias presentes en la boca descomponen los azúcares de los alimentos, produciendo ácidos que atacan el esmalte dental. Si no se trata, puede avanzar hacia capas más profundas del diente, causando dolor, infecciones e incluso la pérdida del diente afectado.
Por suerte, las caries se pueden prevenir de manera sencilla a través de una buena higiene bucal. Aunque también se ha demostrado que una buena dieta ayuda a que la probabilidad de sufrir las caries sea inferior.
Por supuesto, una buena rutina dental es necesaria para prevenirlas y eliminarlas de raiz en cuando comienzan a desarrollarse. Sin lugar a dudas, para estar libres de caries lo mejor que se puede hacer es optar por acudir a un buen dentista como Calma Dental. Con la ayuda profesional mantener las enfermedades bucodentales a raya es mucho más fácil.
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Gingivitis
La gingivitis es una inflamación de las encías provocada por la acumulación de placa bacteriana. Sus síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón y sangrado de las encías al cepillarse los dientes. Aunque es una condición que se puede revertir con un tratamiento adecuado, si no se atiende correctamente, puede evolucionar a una forma más grave llamada periodontitis.
La prevención de la gingivitis depende principalmente de una higiene bucal adecuada. Cepillarse los dientes de forma correcta y usar hilo dental de manera regular son acciones fundamentales para evitar la acumulación de placa. Además, es recomendable someterse a limpiezas dentales profesionales periódicas, ya que los dentistas pueden eliminar el sarro acumulado que no se puede remover con el cepillado habitual. Evitar el consumo de tabaco también es clave, ya que este hábito puede irritar las encías y empeorar la condición. Controlar enfermedades sistémicas como la diabetes también juega un papel importante en la salud bucal, ya que estas pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones en las encías.
Si se siguen estas prácticas de forma constante, es posible prevenir la gingivitis y mantener las encías saludables a largo plazo.
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Halitosis
El mal aliento, conocido como halitosis, es un problema común que puede ser causado por diversas razones, que van desde una higiene bucal deficiente hasta condiciones de salud más complejas. Aunque no siempre está relacionado con enfermedades graves, puede influir negativamente en la vida social y emocional de quien lo padece.
Para prevenir la halitosis, es crucial mantener una higiene bucal adecuada, que incluya no solo el cepillado de los dientes, sino también la limpieza de la lengua y el uso de enjuagues bucales apropiados. Seguir una dieta balanceada y mantenerse bien hidratado también juega un papel importante en la prevención de este problema. Si el mal aliento persiste a pesar de adoptar estas medidas, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud para identificar posibles causas subyacentes y recibir el tratamiento adecuado.
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Periodontitis

La periodontitis es una enfermedad grave de las encías que afecta los tejidos que sostienen los dientes, y si no se trata, puede causar su pérdida. Entre los factores de riesgo se incluyen una higiene bucal inadecuada, el consumo de tabaco, la predisposición genética y la presencia de enfermedades sistémicas que pueden agravar la condición.
Para prevenir esta enfermedad, es esencial mantener una higiene bucal adecuada, que incluya el cepillado regular de los dientes y el uso de hilo dental. Las visitas periódicas al dentista también juegan un papel clave en la detección temprana de problemas en las encías. El control de factores de riesgo como el tabaquismo y la diabetes también es crucial para reducir las probabilidades de desarrollar periodontitis.
En caso de tener alguna enfermedad que predisponga a la enfermedad periodontal, es importante tratarla de forma adecuada. Esto puede implicar el control de condiciones como la diabetes o la hipertensión, que afectan la salud bucal. Un manejo efectivo de estos problemas médicos ayuda a reducir el riesgo de complicaciones en las encías y mejora la salud general.
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Aftas bucales
Las aftas son úlceras dolorosas que se desarrollan en la mucosa bucal. Aunque no son contagiosas ni peligrosas, pueden generar incomodidad al hablar o comer. Su causa exacta no se conoce, pero factores como el estrés, lesiones bucales o deficiencias nutricionales pueden contribuir a su aparición.
Para prevenirlas, es importante evitar alimentos que puedan irritar la boca, mantener una correcta higiene bucal y controlar el estrés. En ciertos casos, los profesionales de la salud pueden sugerir el uso de suplementos vitamínicos para reforzar la salud bucal y reducir el riesgo de desarrollar aftas.
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Bruxismo
El bruxismo es el acto involuntario de apretar o rechinar los dientes, que ocurre principalmente durante el sueño. Este hábito puede causar daños en los dientes, como desgaste excesivo, y generar dolor en la mandíbula y dolores de cabeza. Además, puede afectar la articulación temporomandibular, generando molestias adicionales.
Para prevenir y tratar el bruxismo, una de las soluciones más comunes es el uso de férulas dentales, las cuales se emplean durante la noche para proteger los dientes del desgaste. Estas férulas ayudan a reducir la presión ejercida sobre los dientes y las mandíbulas.
En el tratamiento del bruxismo también se incluyen técnicas de relajación, como la meditación o el control del estrés, que son útiles para aliviar la tensión muscular que puede contribuir a este comportamiento. En algunos casos, se recomienda la terapia física para fortalecer la mandíbula y reducir el dolor, así como tratamientos psicológicos cuando el bruxismo está relacionado con factores emocionales o psicológicos, como la ansiedad. La combinación de estas estrategias puede ayudar a controlar el bruxismo y mejorar la calidad de vida del paciente.






