Tipos de muletas

Las muletas son un punto de apoyo fundamental cuando hemos sufrido algún accidente o tenemos alguna lesión que nos impide desplazarnos con normalidad. Estas están pensadas para facilitarnos los desplazamientos sin necesidad de que tengamos que hacer uso de alguna de nuestras piernas, evitando así los movimientos y facilitando una pronta recuperación. Así mismo, las muletas nos sirven como punto de apoyo para que no tengamos que pisar con la pierna o pie lesionado y que ello repercuta en nuestra recuperación, además de ocasionarnos dolor.

Las muletas pueden ser de varios tipos. Dependiendo de la gravedad de nuestra lesión, así como de las dificultades que tengamos para desplazarnos, podemos encontrar una muleta más o menos apropiada. En este artículo analizamos cuáles son los principales tipos de muletas para que puedas encontrar aquella que más necesitas y que mejor se adapta a tus necesidades.

Muletas ortopédicas clásicas o bastón inglés

Este tipo de muleta es la más utilizada en países como España. La misma cuenta con una pata extensible que permite ajustar la muleta a la altura de la cadera o brazos. Son las muletas más recomendadas cuando se sufre una lesión temporal, con posibilidad de recuperarnos. Por lo general estas muletas cuentan con un amortiguador que nos ayuda a caminar sin que se note el impacto al usarla como apoyo. Son muletas muy sencillas, pero muy completas.

Las mismas cuentan, también, con una empuñadura hecha de plástico y de materiales acolchados que proporcionan mayor confort y comodidad durante su utilización. Las muletas clásicas tienen, así mismo, una abrazadera en el antebrazo que sirve para dar un mayor soporte y evitar que esta se nos caiga —aportando firmeza—. Esta abrazadera está diseñada para evitar las rozaduras en nuestros brazos. Por último, nos encontramos con la pata extensible que es la que permite ajustar la muleta a nuestra altura.

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Muleta trípode o cuadrúpede

Este tipo de muletas se utiliza para proporcionar un apoyo superior al que proporciona el bastón inglés. Las mismas tienen el mismo diseño que las muletas anteriores, aunque el acabado tiene un apoyo adicional con un total de tres o cuatro pies. Son muy recomendadas cuando la movilidad es más reducida y se necesita apoyarse en ellas para descansar o no desestabilizase.

Muletas ortopédicas auxiliares

Estas muletas tienen un diseño muy diferente al de las muletas ortopédicas tradicionales. Las mismas cuentan con un apoyo en las manos a la altura de nuestra cadera o brazos, y un apoyo auxiliar a la altura de la axila. Tanto el apoyo inferior como el superior están acolchados para proporcionar una mayor comodidad. Así mismo, estas muletas pueden ser ajustadas a nuestro tamaño en la parte inferior de las mismas. Son muletas que se utilizan tras haber sufrido un accidente o lesión —durante el proceso de recuperación—. Su uso diario no está aconsejado ya que con el tiempo pueden producir algunos problemas secundarios como déficit de motriz —al mal acostumbrar a nuestro cuerpo—.

Muletas ortopédicas especiales

En el caso de estas muletas nos encontramos con un producto que está destinado a personas que padecen poliartritis reumatoide en la zona de las piernas. Esta enfermedad autoinmune causa, sobre todo, dolores e inflamación en las articulaciones. En algunos casos puede, incluso, ocasionar una rigidez o pérdida del funcionamiento de las articulaciones. Las muletas ortopédicas especiales son aquellas que se utilizan en cuyo caso la movilidad es muy reducida. Estas proporcionan un apoyo mucho más cómodo a la altura del codo y del antebrazo.

¿Cómo utilizar las muletas?

A la hora de hacer uso de las muletas debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas. Por ejemplo, al utilizar la muleta lo que debes hacer es colocarla delante de ti, a aproximadamente una distancia de 30 cm. Lo siguiente es apoyar las manos sobre las muletas y desplazar el cuerpo hacia adelante. Cuando hagas este movimiento, nunca debes apoyar el pie o pierna lesionada —ya que empeorarás el proceso de recuperación—. El balanceo del cuerpo debe estar acompañado de la pierna sana que se apoyará en el suelo. Por último, deberás recuperar la postura original haciendo tu cuerpo hacia adelante.