Tipos de cremas hidratantes

La piel es la capa que protege tu cuerpo de la acción del sol y otros elementos externos, por lo que debes tener cuidado para mantenerla en buena forma. Uno de los aspectos más importantes a cuidar es la hidratación, ya que la piel contiene entre 75 a 80% de agua.

El agua se acumula principalmente en la dermis, que es la capa más interna de la piel y la que permite mantener su turgencia y que ocurran diversos procesos metabólicos. Cuando esta parte de tu cuerpo pierde agua, se ve seca, arrugada y pierde lozanía.

Una de las mejores maneras de mantener una piel con un buen contenido de agua, es utilizar cremas hidratantes. Las mismas están formuladas con distintos ingredientes que contribuyen a mantener el contenido de agua y elementos como el colágeno que garantizan su elasticidad.

Hay diferentes tipos de cremas hidratantes con base a las características de tu piel o parte del cuerpo que se va a tratar. Por tanto, al momento de seleccionar la que más te conviene, debes conocer lo que te ofrece cada una de ellas.

Cremas hidratantes según el tipo de piel

No todas las personas tienen un mismo tipo de piel, ya que no todos producen la misma cantidad de glándulas sebáceas. Esto hace que existan pieles más propensas a la formación de granos, irritaciones o falta de elasticidad, por lo que se han formulado cremas para estos distintos tipos de piel

Piel seca

Este tipo de piel se caracteriza por una baja actividad de las glándulas sebáceas, por lo que suele tener poca elasticidad y ser un poco tirante. Además, suele ser áspera al tacto, sensible a sufrir irritaciones, ser frágil y fina.

Las cremas hidratantes para este tipo de piel tienden a ser densas, con alto contenido de aceites naturales, que ayudan a darle más suavidad y elasticidad. Igualmente, están formuladas con ingredientes hipoalergénicos, que evitan la irritación y con una buena absorción para que penetren más fácilmente las capas cutáneas.

Piel grasa

En este caso, las glándulas sebáceas son grandes y numerosas, produciendo una gran cantidad de sebo. Esta piel tiende a presentar poros dilatados, una textura irregular y es susceptible a la aparición de puntos negros y el acné.

Al tener los poros abiertos, la piel suele verse brillante y se recomienda utilizar cremas hidratantes de base acuosa. Las mismas deberían estar libres de aceites, ser ligeras y reforzar las barreras protectoras de la piel, ayudando a reducir el exceso de grasa y mantener los poros limpios y así reducir la producción de granos.

Piel normal

Es una piel con un tono y textura bastante uniforme, con poros poco visibles y glándulas sebáceas en un nivel medio. Por tanto, no muestra imperfecciones aparentes y suele resistir mejor la acción del sol así como los cambios de temperatura ambiental.

Para estas pieles, se formulan cremas hidratantes que contribuyen a mantener el equilibrio, con una consistencia ligera y textura sedosa. Las mejores contienen ácido hialurónico, capaz de penetrar las capas más profundas de la piel y las podrás conseguir en el amplio catálogo de pacoperfumerias.com/cosmetica/facial/hidratantes.

Piel mixta

Cuando posees este tipo de piel, vas a tener una combinación de características, particularmente en el rostro. Las zonas de nariz, frente y barbilla suelen ser más grasas, mientras que las mejillas tienen aspecto normal o seco.

Las cremas formuladas para pieles mixtas suelen ser libres de aceite, para no generar un exceso de grasa en las zonas brillantes. Por otra parte, se busca que contengan ingredientes con gran capacidad hidratante, para que ayuden a mantener el buen aspecto del área de las mejillas que son más secas.

Cremas hidratantes faciales

La zona del cuerpo con la piel más delicada y expuesta es el rostro, por lo que la mayoría de las cremas hidratantes se han formulado para usar en la cara. Además, hay que considerar que las distintas partes del rostro tienen características distintas, que requieren tratamientos diferentes.

Con base en esto, hay cremas hidratantes especiales para el contorno de los ojos, que es la piel más delgada y sensible del rostro. Estas suelen tener distintas formulaciones según si se presentan ojeras o bolsas bajo los ojos, así como sustancias antiinflamatorias y calmantes.

Los labios no contienen glándulas sebáceas, por lo que las cremas para esta zona suelen ser ricas en aceites naturales como la rosa mosqueta o manteca de karité. También llevan muchas veces vitamina E, aceite de jojoba y ácido hialurónico.

Además, hay cremas hidratantes faciales especialmente formuladas para usar durante el día, que contienen protección solar. En el caso de cremas nocturnas, suelen tener ingredientes nutritivos que ayudan a la regeneración de la piel o a tratar las líneas de expresión como el retinol.

Cremas hidratantes para el cuello y el escote

Esta zona del cuerpo tiene características distintas al rostro, por lo que conviene usar cremas hidrantes especialmente formuladas. La piel en el cuello y el escote suele estar menos expuesta a los factores ambientales, siendo más fina y sensible.

Por otra parte, es un área que pierde rápidamente elasticidad y firmeza, por lo que hay que mantener un cuidado especial. Algunas contienen ingredientes que contribuyen a evitar la acumulación de grasa en la papada, mejorar la firmeza de la piel del cuello o evitar la formación de manchas a la vez que se favorece una hidratación profunda.

Cremas hidratantes para las manos

Esta piel, al igual que ocurre con el rostro, está expuesta más directamente a los factores ambientales. Además, está en contacto directo con otros agentes como detergentes, diversos productos químicos y cambios temperatura.

La piel de la palma de la mano es más resistente, pero la del dorso suele ser fina y muy susceptible a resecarse, porque tiene muy pocas glándulas sebáceas. Las cremas para las manos se deben absorber con rapidez, brindar una hidratación profunda, mantener un pH equilibrado y favorecer la regeneración de las células de la piel.

Cremas hidratantes corporales

Además del rostro y la zona del cuello, también debes cuidar la piel de las otras partes de tu cuerpo y así favorecer que mantenga su elasticidad, suavidad y firmeza. Esta debe aplicarse diariamente después de la ducha, cuando la piel está limpia y cubriendo todas las zonas del cuerpo.

Al igual que con las cremas faciales, toma en cuenta tu tipo de piel al momento de elegirla, seleccionando entre las de base acuosa o de aceite. Es conveniente comprobar que tenga una buena proporción de ingredientes naturales y que los aceites sean naturales como los de oliva o jojoba.

También debería incluir algunos elementos antioxidantes, que ayuden a evitar la acumulación de radicales libres. Este tipo de cremas se debe aplicar generosamente en zonas con piel más gruesa como los codos o las rodillas y suelen tomar un aspecto reseco.