Tipos de piel y cómo cuidarlas

Seguro que alguna vez has oído hablar de que existen diferentes tipos de piel pero si todavía no tienes clara cuál es la tuya lo más probable es que no le estés dando los cuidados que necesita. A continuación te presentamos los diferentes tipos de piel que existen y te contamos sus características principales y los cuidados específicos que deberías tener en cuenta para cada tipo de piel.

La piel grasa

La piel grasa se denomina de esta manera precisamente porque su característica principal es que produce más sebo o grasa que una piel normal. La hiper producción de sebo de este tipo de pieles se denomina seborrea. Para reconocer una piel grasa los expertos recomiendan revisar si los poros están grandes y si la piel de rostro tiene brillos. Si la piel es cómo gruesa y pálida porque los vasos sanguíneos no se ven sin duda se trata de una piel grasa.

Se trata de un tipo de piel que es propensa también al acné. A veces puede ser leve pero también puede ser severo en el cuello, en los hombros, en el pecho y en la zona de la espalda. Si no se cuida bien la piel se enrojecerá y se inflamará. Es fundamental prevenir la hiperproducción de sebo que puede deberse a la genética combinada con diferentes desequilibrios hormonales. Con una correcta alimentación, una buena limpieza y cosméticos adecuados para piel grasa será posible reducir los problemas principales que presentan las pieles grasas. Es por ello que uno de los objetivos fundamentales para el cuidado de la piel grasa es prevenir el exceso de sebo y el mantenimiento de la piel limpia si ya tenemos espinillas para prevenir que se infecten y que nuestra piel se dañe.

El acné si no se trata como es debido puede causar lesiones irreversibles en la piel, con lo que resulta fundamental hacer visitas periódicas al dermatólogo si tenemos este tipo de piel.

La piel normal

Por otro lado, la piel normal es la que todo el mundo quiere tener pero realmente es muy poco común y casi nadie la conservará durante toda su vida. Se trata de una piel equilibrada que no es ni muy grasa ni muy seca. Las personas con piel normal tienen los poros finos, una buena circulación, una textura suave y alisada y no tiene impurezas como la grasa pero tampoco es muy sensible ni se irrita con facilidad como la seca. Es la piel que suelen tener los niños antes de entrar en la adolescencia, hasta que llegan a los cambios hormonales que afectarán a su piel en gran medida.

Ahora bien, aunque este tipo de piel no es grasa ni reseca igual hay que cuidarla con productos específicos de gran calidad como nos recomiendan los expertos y como podemos encontrar en PacoPerfumerias, ya que nunca deberías recortar presupuesto a la hora de cuidar tu piel porque la piel tiene memoria y en el futuro te lo agradecerá. Es importante cuidar la piel normal para no desajustarla y convertirla en una piel grasa o seca con el paso del tiempo. Con el paso de los años la mayoría de las pieles normales se volverán más secas debido al envejecimiento natural y por tanto es importante empezar a cuidarse desde bien temprano.

La piel mixta

La piel mixta es una mezcla entre la piel grasa y la piel seca. Mientras que la grasa se presenta en forma de exceso de sebo en el rostro la seca cuenta con una falta de grasa y la mixta tiene un poco de las dos. Para saber si tienes la piel mixta debes revisar la zona T, es decir: la frente, la barbilla y la nariz. Esta zona debe ser grasa. Si tienes los poros grandes y con impurezas con zonas de acné y en las mejillas tienes la piel normal o seca es que tu piel pertenece a este tipo. Por sus características especiales los productos de hidratación necesarios para la piel mixta deben ser elegidos con cuidado para este tipo de pieles. Puedes encontrar en el mercado productos indicados para la piel mixta que te proporcionarán el balance perfecto para evitar que su piel se reseque o que produzca mucha grasa.

La piel seca

Por otro lado, la piel seca es la que produce menos grasa que una piel normal. A la piel seca le falta la grasa que se encarga de retener la humedad y crear una película protectora en la piel. De esta forma, la piel seca se deteriora y no cuenta con la función de protección que debe tener una piel gracias a un buen balance de grasa. Por contra a lo que sucede con la piel grasa, que hay personas que nunca tendrán que experimentar, la piel seca la suele experimentar todo el mundo en algunas etapas de su vida conforme se vayan haciendo mayores y su organismo vaya envejeciendo. Ahora bien, podemos diferenciar entre la piel seca que se percibe frágil, áspera, tirante y apagada, con poca elasticidad, la piel muy seca o descamosa, con tendencia a laminarse. Las personas que tienen este tipo de piel sufren una especie de envejecimiento prematuro. En este punto es importante acudir al dermatólogo para prevenir irritaciones fuertes e infecciones. La piel extremadamente seca es muy áspera y cuarteada. En estos casos es fundamental someterse a algún tratamiento para recuperar el nivel de hidratación normal en la piel.

Si tu piel simplemente es seca pero está en una fase normal simplemente tendrás que usar productos para tu tipo de piel que te aporten la hidratación que necesitas equilibrando la producción de sebo.