Tipos de estufas

Se acerca el invierno y en muchos hogares comienza a adquirir importancia una tradicional fuente de calor: la estufa. Sin embargo, a menos que ya dispongamos de una, elegir la más adecuada para cada domicilio no es tarea fácil y no tanto por la variedad de tamaño y potencia como por los distintos tipos de estufas que hay atendiendo a su fuente de energía.

En este artículo nos acercamos a los cuatro tipos de estufas, con el objetivo de que conozcas sobre ellas y determines cuál se ajusta más a tus necesidades.

Estufas de gas

Este tipo de estufa sin dudas es una de las más clásicas y se erige como una de las fuentes tradicionales de calor en los hogares.

Producto del desarrollo tecnológico, en los años recientes han evolucionado sus componentes y elementos, con lo que han ganado en eficiencia y seguridad, quizás los factores de los que más adolecía en el pasado.

De esa forma, no por vetustas en sus principios de funcionamiento las estufas de gas dejan de constituirse en una buena alternativa para dar calor a la casa.

Las tenemos con termostatos, encendido piezoeléctrico, sistemas antivuelco y controladores de oxígeno en el entorno, así como con ruedas que facilitan su transportación.

Como habrás de conocer o suponer, las estufas de gas pueden generar el calor a partir de la combustión de gas, casi siempre butano.

Su principal ventaja es que resultan económicas y rápidas en su propósito, y como desventaja puede aludirse su mayor impacto ecológico porque en definitiva funciona a partir de la quema de un combustible.

Las mejores estufas de gas son las de llama azul, aunque hay otros tipos eficientes, cada uno con sus particularidades, como la de gas radiante y la catalítica.

Es importante tener en cuenta que las estufas de gas están concebidas para espacios que superan los 20 metros cuadrados de superficie y están lo suficientemente ventilados.

Estufas de parafina

Otro tipo de estufa del que disponemos hoy son las estufas de parafina o combustible líquido.

Estas se distinguen por constituirse en un sistema de calefacción silencioso, que no requiere de instalación ni mucho mantenimiento por parte del usuario.

Sin dudas estos elementos están entre sus ventajas, a las que también pueden sumarse su condición de portátiles y la rapidez con que calientan los recintos en los que son dispuestas.

Se recomiendan especialmente para habitáculos con superficies entre los 20 y los 40 metros cuadrados y al igual que con las de gas, tenemos a nuestra disposición más de un tipo, exactamente dos.

Estos difieren por su tipo de encendido, que puede ser de mecha o eléctrico. El primer caso requiere que la estufa esté alimentada por combustible y cuente con pilas, mientras que en el segundo está conectada a la red eléctrica, lo que brinda más seguridad y potencia.

Por los gases que estos dispositivos emiten, no son aconsejables para dormitorios y recintos de poca ventilación, a pesar de que vienen programadas para apagarse si la concentración de dióxido de carbono en el ambiente es elevada.

Estufas de pellets

Las estufas de pellets son aquellas que aprovechan la biomasa como una energía respetuosa con el medio ambiente, sostenible y económica.

Su demanda va en ascenso pero antes de elegir una de las tres clases en que se comercializa es importante contemplar las características del recinto que se quiere calentar, así como la potencia calorífica que se necesita.

Ambos aspectos están estrechamente relacionados y cuando, con la ayuda de los gestores de venta o personas con conocimiento del tema, se establezcan los requerimientos del espacio a calentar, se puede elegir entonces una estufa por aire, una canalizable o una termoestufa.

Las tres clasifican como estufas de pellets, que utilizan la biomasa para calentar, su principal objetivo, y se erigen como dispositivos de calidad y óptimo funcionamiento, además de tener un bajo impacto ecológico en comparación con otros tipos de estufa.

Todo ello sin descuidar su acabado estético, porque la integración de una estufa con el decorado del hogar también importa.

Estufas eléctricas

Las estufas eléctricas están entre las más vendidas actualmente.

Como se anticipa por su clasificación, este tipo de estufa va conectada a la red eléctrica del hogar, pero al igual que con las anteriores también podemos encontrarlas en varias tipologías y estilos.

Las hay de cuarzo, normalmente pequeñas y destinadas para calentar espacios reducidos como un cuarto de baño; halógenas, que funcionan también por radiación mediante ampolletas con gas (barras halógenas); turbo calefactoras, menos comunes en interiores como sí lo son en patios porque están concebidas para recintos más grandes; y óleo eléctricas, frecuentes en los hogares y que basan su funcionamiento en la combustión de aceite contenido en su interior.

Podríamos pensar que las estufas eléctricas tienen un consumo elevado. Ello es cierto, sobre todo cuando se usa mucho en invierno, pero si se contempla lo barato que resulta su mantenimiento nos percataremos de que podría equipararse en presupuesto a otros tipos de estufa.

Además, muchos modelos modernos de estufas eléctricas, fundamentalmente los llamados radiadores, integran un sistema de poco consumo que facilita el ahorro energético del hogar, y de dinero, por supuesto, sin que ello imponga pasar más frío.

De cualquier forma, tanto una estufa eléctrica como cualquiera de los tipos anteriores pueden cumplir su función de calentarnos en el invierno. Da igual si es una clásica de gas, una rápida de parafina, una ecológica de pellets o una eficiente eléctrica; todo estará en que la elijamos acorde a las exigencias del recinto en el que pensamos disponerla, así como contemplando sus especificaciones técnicas y necesidades para el funcionamiento.