Tipos de flores

Lo primero que debemos saber es que existen dos tipos de plantas: las gimnospermas, que son aquellas que no producen flor alguna en ninguna etapa de su vida, y las angiospermas, que florecerán al alcanzar su etapa adulta.

Dentro de esta última categoría, encontraremos dos tipos de flores que son claramente diferenciables a simple vista y que pasaremos a explicar a continuación.

Tipos de flores monocotiledóneas

Este tipo de flores tienen piezas florales trímeras, es decir, que sus flores suelen tener los pétalos en grupos de tres. Presentan un único cotiledón, que se define como la hoja primera que se forma en el embrión de una planta y que se encarga principalmente de proporcionar el alimento. Como característica principal, hay que destacar que tienen las venas de las hojas paralelas y que éstas nacen en la propia base de la hoja. Además, pueden tener millones de raíces individuales ya que no dependen de una raíz central.

Las monocotiledóneas conforman la cuarta parte de todas las plantas angiospermas del mundo y algunas de las flores de este tipo son:

Lirios

En algunas partes del mundo son también conocidos como azucenas. Son flores muy aromáticas, lo que las convierte en estupendos regalos y adornos florales. Son una de las plantas con mayor fama como medicinales, ya que su aceite puede ser usado para reducir la inflamación o tratar quemaduras. Además, su bulbo tiene alta capacidad para regenerar la piel, lo que ha provocado que muchas empresas de cosmética hagan uso de estas flores para la elaboración de cremas antiarrugas.

Azafrán

Sus pétalos parecen nacer del bulbo y oscilan entre 6 y 10 por flor, de un intenso color violáceo. Tiene su floración hacia la segunda quincena de octubre y puede tardar alrededor de 20 días.

Las especias de esta flor son de las más caras del mundo, superando el valor de la vainilla o el cardamomo, ya que su recolección depende de un delicado proceso.

Narcisos

Originarias en el Mediterráneo, estas flores producen un gran aroma. Su plantación es fácil ya que, simplemente plantando el bulbo, este se desarrollará y crecerá por él mismo. Además, una vez se marchite, no será necesario retirarlo, ya que es más que seguro que en la siguiente temporada volverá a crecer y florecer. Son, por ello, una de las flores de más fácil cuidado, ya que no precisan ser regadas con frecuencia.

Tipos de flores dicotiledóneas

Al contrario que con el tipo de flores monocotiledóneas, las dicotiledóneas sí que cuentan con una raíz central de la que parten más raíces pequeñas, llegando a abarcar tanto terreno como sea preciso para poder cubrir las necesidades alimenticias de la planta.

Presentan, así, dos cotiledones con flores más complejas, ya que sus pétalos suelen aparecer en grupos de cuatro o cinco y con un tallo en continuo crecimiento, lo que hará que tanto las raíces como el tronco aumenten en diámetro.

Los tipos de flores dicotiledóneas son el más común dentro de las angiospermas, habiendo más de 200.000 especies.

Algunas de las flores más comunes y conocidas dentro de este tipo son:

Rosas

Es una de las flores más antiguas que existen, ya que han llegado a encontrarse fósiles de rosas en Colorado que datan de hace 35 millones de años. De hecho, son flores tan antiguas que cualquier especie de rosa que proceda de después del año 1867 es considerada como una Rosa Moderna.

Son conocidas por su dulce aroma, en contraposición con su tallo lleno de espinas. Existen más de un centenar de tipos de rosas distintas y son plantas muy fáciles de cuidar debido a que no necesitan riego frecuente y, además, resisten a las bajas temperaturas.

Margaritas

La familia de estas flores es la más común que se conoce, dato que se explica con las más de 23.000 especies de margaritas que se conocen en la actualidad.

Suelen ser flores blancas o amarillas, de pétalos finos y alargados que necesitan de cuidados precisos, como un continuo riego, un abono orgánico y mucha luz solar, por lo que crecerán y florecerán mayoritariamente en época estival.

Buganvillas

Estas flores crecen en los tallos de una planta trepadora que puede alcanzar los doce metros de longitud. El verano y la primavera serán sus épocas de mayor esplendor, con llamativos colores rosados o anaranjados, en función de la variedad de la misma.

Soportan todo tipo de climas, desde intensas olas de calor hasta heladas bajo cero. Pese a todo, sus raíces son delicadas, lo que significa que no tolera bien los trasplantes. Requiere un riego ligero y muy poco abono, de lo contrario, no florecerá.